La Base alcanzó algo que no muchos equipos pueden jactarse de poseer: seguridad. Se para frente a la ecuación por resolver con una mirada superadora. Posee la calma de aquel que sabe qué tiene para alcanzar el resultado que persigue. Se podría catalogar como un momento de lucidez colectivo, pero sería incurrir en un error.
Del equipo de la avenida se desprende un particular aroma a triunfo, porque cuenta con una serie de recursos que lo ubican, por lo general, por encima de la oposición de turno. No importa quién o cuántos de sus mejores piezas estén en el campo de juego, todos están en la misma sintonía.
Tampoco se reduce todo a luces ocasionales de algún protagonista. Se trata de un equipo que se expresa con voracidad de éxito. Cuenta con una serie de bienes que respaldan cualquier contratiempo. Porque no estuvo Sarubbi, pero el DT improvisó a Nepote para acompañar a Iglesias, que derrochó sudor como lo hace habitualmente el turu, potenció la inteligencia en la mitad de la cancha para administrar la pelota.
Del equipo de la avenida se desprende un particular aroma a triunfo, porque cuenta con una serie de recursos que lo ubican, por lo general, por encima de la oposición de turno. No importa quién o cuántos de sus mejores piezas estén en el campo de juego, todos están en la misma sintonía.
Tampoco se reduce todo a luces ocasionales de algún protagonista. Se trata de un equipo que se expresa con voracidad de éxito. Cuenta con una serie de bienes que respaldan cualquier contratiempo. Porque no estuvo Sarubbi, pero el DT improvisó a Nepote para acompañar a Iglesias, que derrochó sudor como lo hace habitualmente el turu, potenció la inteligencia en la mitad de la cancha para administrar la pelota.
Claro, arriba cuenta con Boz un goleador con un olfato que asusta, mas la garra de Bono, y por como si fuera poco. Atrás se encuentran jugadores que plantan los partidos siempre igual, dientes apretados y marca molesta para cualquier delantero de turno. Esta es La Base de German Torres, sin estrellas, todos en la misma sintonía.
Qué importa que el equipo no haya jugado un fútbol de alto vuelo. Que no se hayan visto acciones colectivas brillantes, ni que el resultado no haya sido decorado con goles de lujo. Lo que al hincha le importa, lo que verdaderamente le interesa, es que La Base le ganó a un rival tan complicado. Y lo hizo jugando como deben jugarse este tipo de partidos, con el corazón en la mano. Por eso se entiende tanta locura, tanto carnaval azul y oro que dejó a ese sector oeste desolado.
Es que debieron laburar bastante los futbolistas del elenco de la dupla para acabar así, extasiados por la felicidad. Tuvieron que batallar palmo a palmo en el mediocampo, donde se destacaron los guerreros Iglesias y Nepote, poniendo la pierna fuerte y tratando de jugar cuando es difícil hacerlo. Porque Mayoraz y Perez corrieron de ida y de vuelta, porque abajo, Yapur, los centrales y Salinas sacaron todo.
Y porque arriba, uno de los integrantes de la dupla ofensiva cumplió y sigue de racha, en un momento donde el empate parecía la única salida, Boz aprovechó el error de Carlos Avalo tras un centro frontal de Iglesias y con un suave remate lograr poner a La Base arriba en el marcador.
Después del gol paso lo que se esperaba. La Rotonda se fue a la carga a buscar la igualdad. Pero le faltó lucidez para romper la resistencia auriazul, y se repitió en centros estériles, pelotas paradas sin efecto alguno, la impotencia se hacia notar y La Base puso el partido en un congelador.
El xeneixe se paró de contra, y pudo liquidar el pleito de la mano de Scali y Uribe. Sin embargo, el equipo recién respiró aliviado con el pitazo del árbitro, obtuvo el premio más preciado. Porque pegó en el momento justo.
Así fue que La Base terminó festejando, una vez más, ya que fue prolijo, inteligente, cuidadoso y efectivo, o contundente mejor dicho, y que terminó defendiendo con los dientes bien apretados ese gol de Boz para aferrarse a la ilusión. Fue un partido que terminó siendo vibrante, emocionante y jugado con todo. El xeneixe se ubica como único escolta del certamen, a 3 puntos de Ligamento.
Este equipo interminable escribió con ¡Huevos! otra página de leyenda. Como para que festejen sus hinchas. Como para que los demás la lean.