La Base regaló un tiempo y, si bien pudo haberlo empatado, cuando quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Terminó perdiendo 1-0.
El primer tiempo La Base lució totalmente desorientada y desordenada, perdió en todas las divididas y pudo haberse ido al descanso con más goles en contra. Ignacio Pulvirenti mandó a la cancha a tres jugadores para la contención y el manejo (Pablo Nepote, Dalla Fontana e Ignacio Iglesias), pero la pelota estuvo siempre en los pies de La Pavota.
Gonzalo Maqueda abrió el marcador mediante un tiro libre indirecto, la pelota superó a Torres que llegó a tocarla.
La Base entró en el nerviosismo general. Mariano Boz y Sebastián Bono quedaron aislados del resto del equipo, que nunca logró cerrar los espacios, que regaló terreno e iniciativa, y que perdió con cuanto jugador rival se puso en el camino.
La Pavota, con dominio de juego y territorio, fue mucho más claro. Maqueda fue un problema serio, sobre todo desde el juego aéreo. Claramente y sin objeciones, La “Pavo” se fue al descanso con una merecida ventaja.
Con los cambios que introdujo Pulvirenti en el complemento el equipo tuvo más fútbol y más llegada, aunque en defensa siguió penando como en el primer tiempo, ante un rival que era punzante y profundo y que cada vez que se lo proponía llegaba hasta el arco de Torres.
En ese marco, cuando reaccionó, después del primer cuarto de hora del complemento, arrinconó a La Pavota contra su arco y generó situaciones como para no volverse con las manos vacías, pero le faltó precisión en los últimos metros para coronar esas situaciones.
Pese a esto tuvo el empate en los pies de Pérez, que, exigió una notable reacción de Fernandez, o en un remate de media distancia de Boz, que se fue cerca del travesaño. Y ni que hablar del remate de Bono que se fue arriba casi en el final del partido.
Aunque también sufrió mucho en defensa, como en una mano a mano que Torres le tapó a Maqueda, o en la contra del final que el rival desaprovechó.
Antes que eso se había visto la peor cara de un equipo indefinido, insípido y hasta ingenuo, que pese a ser mucho menos en el juego y en situaciones que La Pavota había quedado a tiro del empate.
Una situación impensada de acuerdo al desarrollo del partido, donde La Base no le encontró nunca la vuelta en los primeros 30', donde no tuvo contención en el medio, tuvo filtraciones por todos los costados y la zona central de la última línea fue un verdadero tembladeral. En ese contexto tampoco se podía esperar mucho de tres cuartos de cancha en adelante, donde sólo la velocidad de Pérez y Dalla Fontana por las bandas podían generar algo.
Y si el resultado quedó abierto fue sólo por la ineficacia de la Pavota para cerrar el partido, que no acertó en las situaciones que tuvo a lo largo de esos minutos.
La Base volvió a quedar en deuda en el torneo de verano, regaló el primer tiempo y cuando reaccionó no tuvo argumentos para llegar a una igualdad que no mereció, pese al empuje final en el que metió en un arco a toda La Pavota.
Se termino el torneo, La Base quedó nuevamente en deuda con su gente. Sin embargo el próximo sábado comienza el apertura, una nueva oportunidad para Pulvirenti pero esta vez en primera división.
El primer tiempo La Base lució totalmente desorientada y desordenada, perdió en todas las divididas y pudo haberse ido al descanso con más goles en contra. Ignacio Pulvirenti mandó a la cancha a tres jugadores para la contención y el manejo (Pablo Nepote, Dalla Fontana e Ignacio Iglesias), pero la pelota estuvo siempre en los pies de La Pavota.
Gonzalo Maqueda abrió el marcador mediante un tiro libre indirecto, la pelota superó a Torres que llegó a tocarla.
La Base entró en el nerviosismo general. Mariano Boz y Sebastián Bono quedaron aislados del resto del equipo, que nunca logró cerrar los espacios, que regaló terreno e iniciativa, y que perdió con cuanto jugador rival se puso en el camino.
La Pavota, con dominio de juego y territorio, fue mucho más claro. Maqueda fue un problema serio, sobre todo desde el juego aéreo. Claramente y sin objeciones, La “Pavo” se fue al descanso con una merecida ventaja.
Con los cambios que introdujo Pulvirenti en el complemento el equipo tuvo más fútbol y más llegada, aunque en defensa siguió penando como en el primer tiempo, ante un rival que era punzante y profundo y que cada vez que se lo proponía llegaba hasta el arco de Torres.
En ese marco, cuando reaccionó, después del primer cuarto de hora del complemento, arrinconó a La Pavota contra su arco y generó situaciones como para no volverse con las manos vacías, pero le faltó precisión en los últimos metros para coronar esas situaciones.
Pese a esto tuvo el empate en los pies de Pérez, que, exigió una notable reacción de Fernandez, o en un remate de media distancia de Boz, que se fue cerca del travesaño. Y ni que hablar del remate de Bono que se fue arriba casi en el final del partido.
Aunque también sufrió mucho en defensa, como en una mano a mano que Torres le tapó a Maqueda, o en la contra del final que el rival desaprovechó.
Antes que eso se había visto la peor cara de un equipo indefinido, insípido y hasta ingenuo, que pese a ser mucho menos en el juego y en situaciones que La Pavota había quedado a tiro del empate.
Una situación impensada de acuerdo al desarrollo del partido, donde La Base no le encontró nunca la vuelta en los primeros 30', donde no tuvo contención en el medio, tuvo filtraciones por todos los costados y la zona central de la última línea fue un verdadero tembladeral. En ese contexto tampoco se podía esperar mucho de tres cuartos de cancha en adelante, donde sólo la velocidad de Pérez y Dalla Fontana por las bandas podían generar algo.
Y si el resultado quedó abierto fue sólo por la ineficacia de la Pavota para cerrar el partido, que no acertó en las situaciones que tuvo a lo largo de esos minutos.
La Base volvió a quedar en deuda en el torneo de verano, regaló el primer tiempo y cuando reaccionó no tuvo argumentos para llegar a una igualdad que no mereció, pese al empuje final en el que metió en un arco a toda La Pavota.
Se termino el torneo, La Base quedó nuevamente en deuda con su gente. Sin embargo el próximo sábado comienza el apertura, una nueva oportunidad para Pulvirenti pero esta vez en primera división.
