miércoles, 11 de mayo de 2011

La Base ganó sin jugar bien

La Base jugó probablemente el peor partido de este campeonato. Nunca pudo superar el planteo ofrecido por Alavale, de lucha en el medio, con la pelota volando todo el tiempo por el aire y sin espacios para que los jugadores de Pulvirenti pudieran crear. Y en ese panorama, el xeneize generó muy poco, en juego y llegadas. Pero acertó dos en el complemento, para quedarse con los tres puntos, acomodarse como único escolta y esperar el duro choque con Samanta de la mejor manera.

Alavale paró un equipo combativo, conociendo a la mayoría de los jugadores auriazules, era de esperar que no le fuera a regalar espacios a players como Perez, Sasia y Bono. Pobló la mitad de cancha con volantes y en ese planteo, el rival hacía mejor las cosas, sin llegar a ser muy superior. Pero tuvo a favor las pocas situaciones del primer tiempo con cabezazos aislados de su hombre de punta.

El primer tiempo fue bastante malo, La Base tenía la pelota pero no llegaba con claridad. Solo complicó con alguna que otra pelota parada. En tanto, el rival retrocedía ordenadamente, se lo vio sólido en la última línea pero arriba careció de poder para atacar.

La Base dejó en el entretiempo esa intrascendencia exhibida en la primera mitad. El cuerpo técnico improvisó una línea de tres y fue en busca de los tres puntos con más garra que fútbol. A pesar de que el Xeneize generaba situaciones como para abrir el marcador, el guardameta respondía de forma brillante, tal es así que le ahogó el grito a Sasia tras un remate fortísimo.

Faltando poco para el final del partido, el cuerpo técnico mandó a la cancha a Ignacio Fogliati, y éste le dio más movilidad y aire al ataque xeneize. La Base desplegó un fútbol de bajo vuelo, sin embargo le alcanzó para ponerse en ventaja, con una genialidad de Fogliati, que vio al arquero mal parado y remató desde una distancia considerable. Y más allá de la escasez de brillo, La Base lo justificaba.

Un minuto después, Castillo ya en cancha, se hace cargo de un tiro libre desde la derecha, el volante acaricia el balón y Fogliatti nuevamente acompaña la trayectoria del balón con la cabeza liquidando el pleito.

Alavale que veía con muy buenos ojos el empate, se desmoronó y empezó a pegar más de la cuenta. En tanto, La Base de gran solides defensiva abrió un partido que se le hizo más complicado de lo esperado.

Quedó el festejo de los jugadores, sabiendo que ganaron un partido complicado, por demás de trabado y jugando mal, es verdad, pero en una cancha difícil y ante un rival que no lo dejó jugar. Al fin y al cabo, el xeneize contrarrestó una mala tarde futbolística con garra y corazón.